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jueves, 20 de agosto de 2009




U2-London Experience...

...O lo que es lo mismo:

Primera salida al extranjero de un paleto madrileño.

Así es, queridas y queridos míos, a mis años es la primera vez que viajo fuera de España. Hacer la mili en Ceuta se parecía más a la cárcel que a otra cosa, y estar de paso por el País Vasco francés tampoco es que sea irse al extranjero... Bueno, en realidad sólo he estado cinco días, no sé si será suficiente para hacerme una idea.

Todo comenzó un par de meses antes de mi cumpleaños, allá por febrero, cuando a mi amigo Snorlforld le dio por regalarme una entrada para el concierto de U2:
--Ah pues muy bien, muchas gracias-- le dije.
--Sí, ya, pero es que es en el estadio de Wembley, en Londres.
--Joer.
--Bueno, no te preocupes, hombre, que también te regalo el viaje.

Y la cosa empezó a hacerme ilusión, más por conocer Londres que por el concierto, ya que los U2 no son de mis grupos favoritos (Snorlforld, no te lo tomes mal). De modo que tras descansar cuatro días de la paliza que me di en el Camino de Santiago, volamos hacia Londres... Y no sé qué fue más paliza, si una cosa u otra. De hecho al segundo día de estar allí, uno de los dedos de mi pie no era sino una completa ampolla (durante el Camino no me salió ninguna). "El transporte es muy caro", nos dijeron; "pues habrá que ir andando a los sitios", respondimos, y eso hicimos, haciendo también caso omiso de las advertencias sobre las grandes distancias londinenses.

Volamos con EasyJet, a los cuales, más adelante pondré a caldo. Y una vez en Gatwick, aeropuerto que está a tomar por saco de Londres (digamos que como Guadalajara de Madrid), teníamos la opción de coger el expreso o el EasyBus, y como era un poco más barato el bus le cogimos, buena ocasión para conocer las autopistas de Inglaterra, que son como todas las autopistas del mundo civilizado, salvo que conducen al revés.

Pues sí, lo que más me sorprendió de Londres, es que si no fuera por el tráfico (nunca sabes por dónde te vienen los coches) y porque no oyes tanto español como aquí (porque oirlo se oye, haberlos hailos, cuales meigas galegas), podrías estar en cualquier gran ciudad como Barcelona o Madrid, es decir, que todas las ciudades cosmopolitas son iguales: altos edificios, tráfico, la gente viste igual, se escucha la misma música, se beben las mismas bebidas y se come casi lo mismo. ¡Ah, las virtudes de la Aldea Global!... Y sus vicios: alcohol, drogas, sexo...

Los jóvenes salen de fiesta a las ocho de la tarde (los menos jóvenes a las seis) y a las diez ya están potando. En cuanto al sexo... No pudimos catarlo. Por alguna oscura razón no nos dejaban entrar en las discotecas y eso que pasaban algunos más oscuros que nosotros (literalmente negros)... Probablemente sin barbas, eso sí. La misma lógica evitativa y discriminatoria seguían las mozas del lugar cuando las abordábamos por la calle, aunque sólo fuera para preguntarles por alguna dirección (cosa innecesaria, por otro lado, ya que con el cutre-callejero adquirido en el aeropuerto daba para recorrerse London de cabo a rabo sin perderse). Ningún problema teníamos, en cambio, en los bares, ni con el sexo masculino, ni con las personas mayores. ¿Se nos veían acaso los colmillos afilados? Ni con los camellos, oye, todos se nos acercaban para ofrecernos sus mercancías.

Así que nos recorrimos andando casi todo el centro de Londres, lo cual no es poca cosa. Y aunque no hacía excesivo calor nos hidratábamos cada cierto tiempo con la Guinnes Extra Cold, única cerveza cerveza que me atrevía a pedir porque, además de gustarme, me evitaba hacer el ridículo frente a taberneros y lugareños xenófobos, como una vez ocurrió en un bar de barrio lleno de currantes gordos, calvos, blancos, anglosajones y protestantes. Y es que, eso sí, la cerveza estaba más barata allí que en España (todo lo demás más caro), de hecho no recuerdo haber bebido agua.

Por lo demás, la experiencia con la gente tampoco es negativa: la mayoría intenta ayudarte y hacerse entender. Además, cuando andas por allí tienes sensación de "seguridad ciudadana", y no es por lo bobbies que te puedas encontrar, pues tampoco ves muchos, sino porque la gente va a su rollo, no se ven "merodeadores", como en la Puerta del Sol. Aunque lo que sí es cierto es que hay cámaras en todas las esquinas: es imposible echar un meo escondido del Gran Hermano; yo lo conseguí en Hyde Park a plena luz del día... Bueno o casi, pues una señora le dijo a otra en perfecto castellano: "españoles tenían que ser". ¿Es que ella no se meaba nunca en el extranjero?

En cuanto al tema urbanístico-arquitectónico, me sorprendieron varias cosas:

1.- En el centro las calles son más amplias de lo que yo me había imaginado y por lo tanto más luminosas durante el día; en cambio por la noche son más oscuras (se gastan menos en luz o son más ahorradores) si exceptuamos, por supuesto, Picadilly y sus anuncios a lo Blade Runner. Los edificios, sin embargo, son más altos de los que albergaba mi imaginación.

2.- Más altos, sí, pero plantados allí sin orden ni concierto. Londres es una ciudad de contrastes arquitectónicos: te puedes encontrar un elegante edificio del siglo XVIII o XIX al lado de un rascacielos setentero, más feo que su p... madre, de cristal y hormigón sin un leve ornamento en la fachada, tan propio y característico de los edificios ingleses que valen la pena. Contrasta, también, la altura de los edificios del centro con la de las casas de los demás barrios, consistente en una o dos alturas.





3.- Por lo que toca a esa decoración arquitectónica de las fachadas en edificios de los siglos XVIII, XIX y principios del XX, hay que destacar que se trata de una decoración demasiado recargada, juntando elementos de diferentes estilos arquitectónicos (griegos, romanos, mozárabes, medievales...) dando lugar a lo que se denomina "decoración kistch". Esa misma profusión decorativa se observa en el interior de los pubs ingleses, en cuyas paredes no podrías colgar tu foto del carnet, y no por que desentonara, sino porque no cabe ni un alfiler; diferentes motivos se disputan el espacio vertical sin orden ni concierto: un cuadro dickensiano, la foto de un equipo de rugby, una medalla de polo, una foto del orejas, la carta de cervezas... Y sin embargo tampoco da sensación de agobio, pues los colores de todos estos motivos suelen ser ocres, apagados, muy acordes con la atmósfera tranquila, sosegada, del lugar... Claro, que tampoco hemos estado en temporada de fútbol. A saber.




4.- Ya he dicho que se trata de una ciudad global, cosmopolita, y como tal, en plena remodelación urbanístico-arquitectónica. ¿Nos quejamos de las obras que nos molestan y afean las calles de Madrid? Pues tendríais que ver las de Londres; hay pocas fotos en las que no aparezcan las vallas de obras. Eso sí, en todas ellas te viene el teléfono del Ayuntamiento o de la empresa para que puedas quejarte si te molestan, cosa impensable aquí, donde para quejarte tienes que dar mil vueltas, perder tu tiempo y tomarte tu ajo con agua tras comprobar que pasan de tu culo. Claro, que me temo que en Inglaterra pasa lo mismo con la última fase del proceso, al menos esa es nuestra experiencia con Easy Jet.






5.- Una ciudad global, interconectada donde la presencia de las telecomunicaciones está integrada con la estética que la caracteriza; al menos con uno de sus elementos: las archifamosas cabinas de teléfono londinenses. En ellas puedes realizar todo tipo de gestiones telemáticas, especialmente las llamadas a números eróticos y la concertación de citas con prostitutas:






6.- No existen papeleras. ¿Dónde tiran los londinenses la basurilla generada por la compra de mindungueces y naderías empaquetadas en sus correspondientes plastiquillos, los envoltorios de sandwichis, los paquetes de los cada vez menos frencuentes cigarrillos? No hay papeleras. Y sin embargo la ciudad parece limpia. Tampoco se ven demasiados barrenderos como aquí en Madrid. Por ahí oí decir que se trataba del producto del miedo a los atentados, miedo a que metieran una bomba en una papelera. En fin...


Continuará...

miércoles, 19 de agosto de 2009




La SGAE nos ha vuelto a joder

LA SGAE NOS HA VUELTO A JODER, NO DEJA REPRODUCIR ALGUNAS DE LAS CANCIONES DE LA LISTA, PERO LOS DE PLAYLIST TAMPOCO DICEN CUÁLES... ¡¡¡A LA MIERDA!!!









Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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