zanjas.profundas@gmail.com

lunes, 23 de agosto de 2010




Fin de Fiesta II

... Y el Minotauro preocupado:









Phantastika

Phantastika es un blog que, desde la reflexión filosófica, intenta aventurarse por las sendas que indican los estados de conciencia que las sustancias visionarias o enteógenos son capaces de promover. Phantastika no es un blog de apología de la ebriedad, las sustancias o la modificación de conciencia sino un espacio para la reflexión compartida sobre las posibilidades de la vida anímica. La incriminación, la desconfianza y la desinformación de todo lo que rodea ciertas variedades de experiencia son el asumido telón de fondo que ampara y anima esta bitácora escrita por Jose Carlos Aguirre:


domingo, 22 de agosto de 2010




Pseudocrónica vacacional III (Benidorm, Lorca y Freila)

Nota 1 (para los lectores de Feisbuk): Sigo en mis trece, feisbuk es una mierda que no permite publicar bajo los estándares html, de modo que si lees esta crónica en feisbuk no vas a poder ver ni fotos ni vídeos. Léela en el blog http://zanjasprofundas.blogspot.com. Esto es solo una copia automática y pedorra del mismo.





Nota 2 (para los amantes impacientes de las fotos vacacionales ajenas, cosa rara por otro lado): podéis ver más fotos de nuestras vacaciones en el fliker de Gema: http://www.flickr.com/photos/gemafuente/



Y ahora la pseudocrónica del 2 de agosto, lunes.


Total, que me fui de Denia sin ver el castillo (pues no quería que Gema tuviera que repetir la experiencia), sin ver el pasadizo bajo el mismo (por lo ídem) y sin subir al Montgó ni ver las cuevas de Jávea (pues no teníamos tiempo, queríamos marchar cuanto antes hacia las Alpujarras). Hagamos de la necesidad virtud: lo bueno que tiene el no verlo todo es que puedes volver y encontrar algo nuevo, no visto, pendiente.


Para no gustarme la costa levantina (básicamente por prejuicios, pues no la conozco entera), me llevé un buen sabor de boca del día y medio que estuve allí. Al ser lunes no tuvimos tanto problema en encontrar un bar abierto para tomar el café mañanero, obviando el café maquinero del hotel. Cargamos la furgo como si nos fuéramos a vivir en ella (sacos, esterillas, tienda, sombrilla, comida, ropa, botas, bastones, más ropa...), todo muy colocadito; no imaginábamos en qué se iba a convertir ese maletero, esa caja furgonetera, al cabo de dos o tres días: no imaginaba que la maleta de Gema, la cual costaba cerrarse debido al magno desorden que albergaba, iba a convertirse en fractal del resto del maletero, seguramente por contagio de ésta.


Salimos de Denia por la autopista de peaje hacia el sur, recorrimos un paisaje agreste, muy agradable a la vista de unos ojos tentados siempre por los riscos escarpados y las diferencias de alturas en el terreno. Si bien la vegetación no es muy exhuberante, pues es la típica mediterránea, tampoco atravesábamos un desierto... En realidad desiertos como los de las películas hay pocos, desiertos de pura arena, aparte del Sáhara y alguno más... Pues eso, que todo estaba muy bien, muy bonito desde la carretera, con ganas de ir parando en cada punto... Hasta que ante nuestros ojos apareció el monstruo:



"... y vi a una mujer sentada sobre una bestia escarlata llena de nombres de blasfemia, que tenía siete cabezas y diez cuernos. {4} Y la mujer estaba vestida de púrpura y escarlata, y adornada de oro, de piedras preciosas y de perlas, y tenía en la mano un cáliz de oro lleno de abominaciones y de la inmundicia de su fornicación; {5. } y en su frente un nombre escrito, un misterio: Benidorm la grande, la madre de las rameras y de las abominaciones de la tierra" (Ap. 17:3-5).







En fin, no sé expresar con mis palabras el efecto y el asombro que me produjeron sólo desde la distancia. Efectivamente, San Juan debía estar pensando en Benidorm cuando escribió el Apocalipsis. Imagínense caminar por sus calles y encontrarse con esto (una de las primeras fotos que aparecen el google cuando buscas dicha ciudad): 







La niña pequeña se parece a Amaya, ¿no?

(Paréntesis: el mismo blog que nos ofrece esta foto nos deleita con este revival veraniego:






http://blogs.grupojoly.com/tacho-rufino/2008/06/

Fin del paréntesis.)



Continuamos nuestro camino hacia Alicante (otra que tal anda), donde abandonamos el peaje para continuar por la Autovía del Mediterráneo hacia Murcia. Nunca he estado en Murcia capital y verla desde la carretera, con los ojos del que ve algo sorprendente por primera vez, casi nos cuesta un accidente: típico atasco en la circunvalación, frenazo de los de delante y yo a por uvas mirando la hoya en la que se halla metida la ciudad (un verdadero cocedero). Menos mal que Gema andaba atenta y a un grito suyo mi pie derecho pisó el freno. En un segundo tenía el cuerpo bañado en sudor, las pulsaciones a mil y la adrenalina saliéndome por las orejas.
El hambre ya apretaba de modo que unos kilómetros más adelante, (¿40, 50?) buscando un pueblo pequeño fuimos a caer en La Hoya (aunque ya digo que de hoya tenía más pinta Murcia capital). 


Antes de comenzar a escribir estas crónicas, comentándolo con Gema, pensé en titularlas algo así como "Guía zanjiprofunda de Denia a Las Alpujarras", pero el problema está en que no hemos ido apuntando el nombre de los sitios en los que hemos estado, ni haciendo fotos a todos ellos, etc. De modo que de guía tendría poco. De todas formas creo que el sitio donde comimos era un hostal con un nombre que si no era "Martín" poco le faltaba. Según se entra al pueblo, se sigue por la carretera y donde se separan los sentidos por un seto hay como dos restaurantes/hostales a la derecha (yendo desde Murcia). Caímos en el segundo: el menú era pobre, las raciones escasas y la camarera rumana llevaba un peinado horroroso, una especie de tupé hacia atrás que le ahuevaba la cabeza para luego descender en cola de caballo.


Tras la frugal comida y sin posibilidad de siesta continuamos por la carretera. Pero a los pocos kilómetros apareció ante nuestra vista un gran castillo en un alto; ocasión perfecta para abandonar el coche, que siempre se agradece después de comer. Se trataba del castillo de Lorca. 


Lorca como ciudad no tiene nada que ver: se trata de un larga calle... Vale, perdón, reconstruyamos la frase: de Lorca ciudad sólo vimos la larga calle a partir de la cual se accede al castillo (pero creemos que no hay mucho más que ver)... La he vuelto a cagar; acabo de buscar fotos de Lorca y hay al menos dos cosas guapas que no hemos visto:


La plaza de España:


La Colegiata de San Isidro:


No somos perfectos. Bueno a lo que íbamos... O a lo que fuimos, al castillo de Lorca. Lo primero es ver unas fotillos:


Lo segundo es dar un poco de información: se trata en sus orígenes de una alcazaba  musulmana que tras la conquista de Lorca en 1244 por Alfonso X el Sabio (a la sazón el infante Don Alfonso) se reformó con los gustos cristianos de la época, levantando más torres y más murallas. Tras la toma de Granada la importancia de Lorca como plaza defensiva se vino abajo y el castillo entro en decadencia hasta la Guerra de la Independencia en que sirvió nuevamente como lugar estratégico en el que se instalaron baterías. Pero bueno, todo esto lo podéis encontrar en la wikipedia: http://es.wikipedia.org/wiki/Castillo_de_Lorca. Actualmente el castillo ha sido convertido en un parque temático sobre la Edad Media; se llama "Lorca, Taller del Tiempo" y cuesta entrar 8 euros.


Lo tercero son las consideraciones e impresiones personales sobre el particular: viéndolo con cierta distancia, sentadito en mi sillita con un té de miel y hierbabuena, la cosa no me parece tan mal. Pero un 2 de agosto a las cinco de la tarde no son horas de recorrerte un castillo a pleno sol. (Paréntesis: ¿os he dicho ya que el turista es la única especie que camina por las calles después de comer? No está muy claro si se trata de una actividad ocasionada por la falta de un lecho donde caerse muerto o por el ansia viva de acaparar cuantas más cosas mejor con sus ojos y sus cámaras fotográficas; En todos, absolutamente todos los pueblos y ciudades que hemos recorrido estas vacaciones no hemos encontrado una sola persona orihunda del lugar o allegada lejana del mismo que caminase por sus calles a la hora de la siesta, la sagrada siesta. Sólo el turista... Bueno, y los pobres trabajadores de la Europa del Este que deben de llevar poco aquí y no se han enterado del concepto de Siesta, puesto que en el verano andaluz la siesta seguramente estará tipificada como tiempo de descanso en los convenios colectivos de la cosnstrucción; y si no lo está es que muy mal andamos ya en la retrocesión de los derechos de los trabajadores... Y nosotros, que por supuesto éramos turistas, ataviados con cámara, mochila, gorrito y bermudas, todo un clásico. Fin del paréntesis). De modo que quizá no estaba del mejor humor; si a eso le sumamos el desembolso de los 16 euros y la gilipollez de encerrarte en una caja metálica con vaporcito y movimientos simulando una máquina del tiempo... Eso, como diría la difunta Gloria Fuertes, "E pa lo niñoooo".


El resto, pues bien, la típica visita con audio-guía para explicarte los detalles del castillo. Y luego dos exposiciones monográficas: una sobre las figuras relevantes en la historia de Lorca con Alfonso X como figura estelar y otra sobre los paralelismos y diferencias entre la ciudad y la sociedad musulmana y cristiana. Todo esto está muy bien, pero terminas saliendo con dolor de cabeza, pues no es posible acumular tanto dato. Al margen de esto hay muchas otras actividades, tanto para niños como para adultos: recreaciones de justas medievales, recreación de la vida en la judería, talleres, veladas de poesía, veladas de astronomía... (todo esto se puede encontrar en http://lorcatallerdeltiempo.es). Dentro del recinto del castillo también hay una zona rehabilitada como Parador Nacional, así como otra en la que se están realizando excavaciones arqueológicas.


Y la pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿hasta qué punto merece la pena esta prostitución del patrimonio histórico-guerrero? La respuesta parece obvia: se trata de la reutilización y conservación de un monumento. Por lo que toca a los nuevos usos, la cosa podría haber sido peor, podría haber sido convertido todo en un hotel. con jardines Hay cosas mucho peores. Y la utilización como museo exclusivamente desaprovecha un espacio que ahora permite un uso más popular. Lo malo de todo esto es que hay que pagar y no sé hasta qué punto los 8 euros son un precio razonable. Esperemos que parte de los beneficios (si es que existen) se reinviertan en la conservación y en las excavaciones arqueológicas. Debería informarme más sobre el tema de los Paradores, pues parece ser que se encuentran en edificios emblemáticos restaurados: ¿pueden visitarse alegremente? ¿O hay que pagar? ¿O depende del tipo de gestión? ¿Son privados? Qué ignorancia la mía.


La visita al castillo fue larga y a la salida pudimos descansar en una mullida alfombra de césped tomando una coca-cola (ya puestos a hacer publicidad... Es que mira que queda hortera lo de "un refresco"). Después volvimos a emprender nuestro camino, eran las siete de la tarde.


Abandonamos la A-7 en Puerto Lumberas para coger la A-91 hacia Guadix, y buscando un camping por el camino. Así fuimos a parar al de Freila, cerca del embalse del Negratín. Prácticamente se trataba de un camping fantasma, sólo había cuatro residentes y justo cuando íbamos a cerrar nuestra estancia apareció el séptimo: un alemán calvo, barbudo, tatuado con esvásticas y montado en una Harley. ¡Cojonudo! El que faltaba para pasar una noche en solitario. Al final sólo resultó ser un monstruo roncante.



"No entendemos por qué el camping está tan vacío", nos dijo la recepcionista. 



Joer, en la era de las telecomunicaciones todo se sabe. Probablemente en dicho camping sólo caigan incautos como el alemán y nosotros, incautos que no se han informado sobre el estado del mismo, por ejemplo el suelo: no es posible clavar una piqueta. Lo bueno es que está al lado del embalse, en cuya orilla hay un restaurante muy majo para cenar. También hay hidropatines para los amantes del agua.



Volvimos al camping para pasar nuestra primera noche sobre la cama más dura: el puto suelo. Quedaban seis más seguidas y alguna más tras descansos en camas de verdad.


martes, 17 de agosto de 2010




Pseudocrónica vacacional I (Madrid-Denia)

Aunque todavía no han acabado mis vacaciones, pues no vuelvo al trabajo hasta el lunes que viene, me encuentro hundido en la zanja del síndrome postvacacional y desde ella escribo:





Las dos últimas horas fueron infernales en el curro, pues habiendo acabado lo que tenía que entregar, no muy bien hecho, por cierto, ya nada hacía allí más que esperar a que dieran las campanadas que marcarían el inicio de mis vacaciones... Al final no pude aguantar y me fui media hora antes.


La liberación fue máxima: hacía tiempo que no experimentaba esa necesidad de tomar unas vacaciones... El problema será la vuelta. Y es que uno siente esa necesidad cuando en el curro le aprietan las tuercas... O cuando el curro ya es en sí "apretante".


Por la tarde me fui a casa de Mr. Snorforld, al cual hace tiempo que no leemos por aquí, y allí hablamos, como siempre, en su terraza, de la ciudad, de la sociedad, de los amigos, del amor, del sexo...


Y mis maletas sin hacer, por supuesto.


Las hice en un par de horas a la mañana siguiente (sábado, 31 de julio), tras haber dormido cuatro horas, antes de salir hacia Denia, donde me esperaba Gema, que ya llevaba una semana de vacaciones con dos amigas suyas.


¿Qué puedo decir del viaje? ¿Qué se puede decir de un trayecto de 450 km encerrado en un vehículo? Nada, pues no tenemos relación con nuestros semejantes. Ni siquiera cuando se para en un área de servicios, ya que en esas fechas se encuentran tan atestadas de gente, todos deseando llegar a su destino, que los contactos son efímeros, casi choques, encontronazos, que transmiten o desvían la cantidad de movimiento (la mala hostia).


Y uno, yo, que parece muy crítico (la crítica, sin embargo, es una reflexión sobre una realidad ya pasada), se ve arrastrado por esa vorágine, siendo una parte más de la masa en movimiento, un movimiento efervescente, como si de una colada de lava se tratase.


El problema fundamental es el tiempo, como dicen Estopa en su canción "Vacaciones": dedicamos la mayor parte de nuestro tiempo al trabajo y sólo nos quedan unos cuantos días para las vacaciones. Programamos esas vacaciones en algún lugar lejos de nuestro lugar de trabajo y hasta que no estamos allí no comienzan realmente nuestras vacaciones. No concebimos el viaje hasta ese lugar como parte de las vacaciones, sino como un trámite necesario, un trabajo. Puede que las vacaciones consistan en un viaje en sí mismo, por ejemplo, a través de las Alpujarras, sin embargo, hasta que no estás allí no consideras que comienza el viaje. Necesitamos más tiempo.


Siempre agobiados por los plazos de entrega en el trabajo, trasladamos a nuestra vida privada ese ritmo infernal: lo que queremos lo queremos ya, y si el camarero tarda en servirnos nos enfadamos. Yo, particularmente, sufro estos casos.


El viaje debería ser como los de antes, tranquilo y sin prisas... Claro que esto puede ser simplemente una visión romántica y bucólica del pasado; quizá antes también se agobiaban sólo que en vez de horas llegaban días más tarde. Los viajes deberían hacerse en transportes colectivos, que es donde se entabla relación con el compañero de viaje... Aunque alguna vez te puede tocar un pesado, un pedorro o un criminal...


Bueno, la cuestión fue que desde Madrid a Denia paré un par de veces sin poder tomar café debido a lo atestado de los lugares; eso sí, al menos conseguí hacer un pis.


Nada más que reseñar salvo los típicos atascos en las inmediaciones de Valencia y la belleza de algunos paisajes: los pantanos y las Hoces del Cabriel, las cuales habré de recorrer en algún momento vacacional.








Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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