Azar y necesidad. Materia y memoria

Acabo de terminar una larga semana de exámenes: 3 días en Gredos de examen continuo, sábado de exámenes de 15 a 23 horas y domingo de 9 a 15 horas; una auténtica ginkana. El resultado de los exámenes no importa para lo que quiero contar. 

Cuando le dices a alguien que tienes un examen esta persona te desea suerte.

¿Suerte? ¿Suerte para qué? ¿Para que te pregunten algo que te sepas? ¿Y si te preguntan algo que no sabes? ¿No deberías suspender? Es más, ¿no deberías renunciar a un examen si no te sabes todo? 

Y si hay que tener una determinada serie de conocimientos para aprobar un examen, una oposición, etc., ¿por qué no se pregunta todo? ¿No hay exámenes lo suficientemente importantes como para que se deje al azar el acceso a profesiones de alta responsabilidad?

Evidentemente la respuesta es fácil: cuestión de tiempo, cuestión de eficacia. Ahora bien, ¿no supone esto que existirá mucho aprobado por cuestión de suerte, por pura potra?

¿O acaso es que los profesores, los diseñadores de planes de estudio, pretenden que sepamos más de lo que nos va a ser útil? ¿Y si una vez terminados los exámenes se te olvida todo? ¿No debería de haber exámenes de permanencia en la profesión, o en el título? Yo soy licenciado en Filosofía... ¿Me acuerdo de la Crítica de la Razón Pura de Kant? Tendré si acaso leves nociones insuficientes para aprobar un examen de universidad. Mi título entonces no vale una M. Los años de carrera puede sí, que me hayan servido para lanzar largas parrafadas como esta, pero quizá no hubieran sido imprescindibles para ello. Los años de carrera te dan un título que no necesitas revalidar, es decir, te dan patente para olvidar lo aprendido. Con el tiempo casi todo se olvida; solo se recuerda lo que se practica constantemente, y más si lo que se practica es algo material, no solo meras palabras o incluso recuerdos que al final son reelaborados.




Azar y necesidad; materia y memoria; Jacques Monod y Henri Bergson. ¿Veis para qué sirve mi título? Para hacer una referencia erudita en un escrito que probablemente poco tenga que ver con el tema de dichos libros que, por supuesto, no llegué a leerme. Referencia que, por otro lado, se puede conseguir en la wikipedia. ¡Ah, pero por lo menos sabías que ahí estaban! Sí pero incluso estaba equivocado respecto al título de Bergson. Sí, incluso puede que esos años en la universidad me sirvieran para acudir a "Saber y Ganar". Pero la cuestión no es esa. La cuestión es que te dan un título porque te suponen unos conocimientos gracias a un examen que no es sino una pequeña muestra de esos conocimientos. Luego todo se olvida pero el título permanece.




En realidad los títulos académicos deberían ser como los del boxeo, por ejemplo: "titulado en filosofía de 1999 a 2005" (en 2005 no paso la Reválida del título).




¿Caben cinco años de carrera en la cabeza de una persona? Ahora tengo un profesor de Anatomía y Primeros Auxilios que piensa que es mejor aprender tres cositas bien que cincuenta mal. Todos los días nos hace un control donde nos pregunta casi siempre las mismas cosas: al final las acabas sabiendo. No sé si para siempre, probablemente no, pero la idea quizá podría ir por ahí.




Pues eso, que nadie debería aprobar un examen de chiripa, sino porque verdaderamente sabe lo que le han preguntado. Lo que le han preguntado debería ser todo lo que debe saberse para obtener un título o acceder a una profesión. Y eso que debe saberse debería ser lo que verdaderamente se utiliza de modo que nunca se olvidase o, para que no se olvide deberían hacerse exámenes de reválida.




¡Qué carca suena esto! ¿verdad? Los cuarenta... La paternidad...




Por cierto: ayer echaron en Documentos TV un documental muy bueno sobre la renuncia al sexo en la sociedad japonesa; quizá podáis verlo en la web de TVE (domingo, 26 de febrero).