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martes, 19 de junio de 2012




¿Dónde están las fuentes?

Salgo de mi casa camino del fisio con la merienda en la mano: un puñado de negras y suculentas picotas (algo ligerito para no tener problemas durante el masaje, pues aunque éste era en las piernas, a veces suben más arriba... Mal pensados).





Cuando sólo me quedaba una picota... Maldición: estaba pocha. Bien es cierto que no llegué a metérmela en la boca. ¿Verdad que jode que te quede un último ejemplar (de lo que sea) y esté defectuoso? El caso más flagrante es el de las almendras: la última siempre está amarga. Mas en el caso que nos ocupa  la consternación sufrida no sólo era por ser la última y estropeada picota, sino que, por serlo, había derramado sobre la palma de mi mano su fermentado néctar.




Abría y cerraba la mano y cada vez me costaba más desplegar los dedos, separarlos de la palma, separarlos entre sí.





Nada de chuparlos. Mejor sería lavarlos. ¿Dónde? En la fuente de algún parque...





... Un parque... No fuente





... Otro parque... Fuente sin caño (y sin agua, por tanto)





¿Un riego mecánico?





¿Un abuelito orinando?





Nada de nada de nada. Ningún chorrillo manando en esta maldita ciudad.





¿Qué ha pasado con las fuentes de antaño? ¿Dónde van a lavar los yonquis sus jeringas? ¿Cómo van a mojar los niños a las niñas? ¿Dónde van a llenar esos globitos que se pusieron de moda hace unos años? Ah, se me olvidaba: los yonquis murieron de sobredosis y los niños ahora juegan con la wii, metidos en sus casas con el aire acondicionado a salvos del calor del verano, de los pólenes alergénicos y de los pederastas apostados frente a las fuentes, ávidos espectadores de camisetas mojadas.





¿Dónde van a beber los perritos, esos mismos que se metían el caño hasta la garganta contagiando el moquillo a diestro y siniestro?





¿Dónde van a lavar las ropas los gitanos rumanos? (que los españoles ya las lavan en los pisos de re-alojo)





¿Dónde hostias lavarme las manos?





¿Quién quitó las fuentes públicas? ¿Gallardón? ¿El Canal? ¿El contubernio Lanjarón-Bezoya-Solán de Cabras en comandita con los adjudicatarios de las terrazas de verano? ¿Y en invierno? ¿Qué pasa en invierno? ¿Dónde beber agua gratis? ¿Gratis? Pero, ¿acaso no la pagamos con nuestros impuestos? Claro, ahora dirán que no eran suficientes impuestos, siempre lo fueron pero ahora no.





Este problema de las fuentes públicas viene de años atrás. Pero quizá sea un pequeño ejemplo de lo que nos espera con todos los demás servicios públicos (sanidad, educación, vías públicas...), servicios cuya alternativa quizá no sea tan fácil ni tan barata como pedir un vaso de agua en un bar o pasar a sus servicios, misión a veces tampoco tan fácil, depende de la zona: "los servicios solo son para los clientes, disculpen las molestias"; ¿cómo que disculpe? ¿Me está pisando adrede y tengo que disculparle? Exija al ayuntamiento que coloque unos servicios públicos, para eso paga los impuestos. Yo sólo estoy de paso.





Al final, con las manos pegajosas, llegué al fisioterapeuta y tras lograr despegar mi dedo índice izquierdo del botón del telefonillo, la palma derecha del picaporte de la puerta y negarle el saludo al masajista (que se joda, que siempre me lo niega él, alegando mejunje alcohólico arnico-romeril), entré a sus servicios y liberé a mis manos de su pringosa prisión.





¡ Loado sea Neptuno !

miércoles, 6 de junio de 2012




Fiesta Nacional


Remitido desde Bolonia (Italia) por Mr. JR.



No, no es literatura. En un lugar de Extremadura, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho que a unos aldeanos de los que por allí moraban, se les ofreció la posibilidad en democrático referendo ( para que encima luego algunos digan que España es una dictadura) de decidir qué hacer con unos dinerillos que, oh poridad de poridades, misteriosamente aparecieron pegados en los bajos fondos de unas alcancías municipales que allá había. El destino de los susodichos peculios se dedicaría, público sufragio mediante,  a ayudar a la contratación de parados, o bien a montar unas corridas de toros que son añeja usanza por aquellos territorios cada tanto. Pues bien amigos, ¿qué ganó? Albricias, impúsose el sentido común y la cordura, y esos magros presupuestos se destinarán a los toros, como Dios manda y debe ser en una región orgullosa de su pasado y de sus tradiciones inmemoriales de hace cincuenta años, garantes sempiternos de sus perpetuos valores de pueblo rancio de abolengo y casta. Asombróme la explicación de una señora, pobrete ignaro y sin raza que soy, por sus hermenéuticas hondura y sutileza:





 "Es que con esa cantidad de dinero solo se puede beneficiar a un parado, si se destina a contratos..., si se destinase a los toros, nos beneficiaremos todos ".





¡Con dos cojones y el rabo! ¡Olé tus ovarios y que viva la madre que te parió! Mejor que una familia reviente de hambre que perderse una chicuelina del Cordobés, claro que sí, estoy totalmente de acuerdo...el bien común justifica todo. A esta señora yo la invitaría a una ración de rabo de toro en los Timbales...Ya puestos se me ocurre que podrían contratar a Ortega Cano, muy pero que muy cano en estos últimos tiempos, si se me permite la licencia, torero valeroso y tenaz donde los haya, capaz de enfrentarse hasta a lo más glande...que ahora mismo pasa un mal momento por culpa de un pringao que se fue a estampar contra su coche recién comprado. Afortunadamente el maestro está bien...O a Jesulín de Ubrique, que está a punto de perder su finca por culpa de su chanchullero papi. Hasta su mujer, la sin par Campanario, se vio forzada a engañar a la seguridad social para pagar las facturas...Ayudémosles y así nos ayudaremos a nosotros mismos...Reivindiquemos altaneros como esos aguerridos extremeños nuestra sin par corrida, prez de España y solaz de nuestro más viril espíritu. ¿Qué hay paro? ¡Pues más toros! Porque cuando se anda mal, cabizbajo y de capa caída lo mejor es montar una buena fiesta, y que mejor festín que nuestra FIESTA NACIONAL. Hagámosla más naci y más onal. Que se note de donde venimos, que no por algo hemos ganado un mundial. Siempre me ha preocupado, como a todo buen español, el futuro de nuestro festejo más emblemático, amenazado por piojosos jipis vegetativos, ¡puaj!, por hordas de sajones en chanclas o minifalda que no mostraban el menor respeto por el miriñaque de nuestras zagalas, o por chinos con cámara de fotos que parecían venir de otro planeta... Ahora puedo por fin dormir tranquilo...el futuro de la fiesta está asegurado gracias a esos irredentos viriatos extremeños...No sé vosotros, pero yo ese porvenir del mundo del toro me lo imagino grandioso, futurista, casi casi galáctico...con trajes de luces estroboscópicas, monteras computerizadas estilo princesa Leia (copia descarada de nuestra hispanísima Dama de Elche ), espadas láser para matar mejor al toro...picadores automatizados y toreros semibiónicos, como Juan José Padilla, con parche en el ojo y rígido gesto robótico... tenían razón quienes dicen que los toreros están hechos de otra pasta... y de otras moléculas, añadiría yo. Sí amigos, él es solamente el inicio de una nueva estirpe de cyborgs taurinos destinada a recuperar el interés de las nuevas generaciones por la fiesta, la tauromaquia cibernética está aquí para quedarse y no podemos darle la espalda al progreso...¡Arriba España!







Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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