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lunes, 28 de enero de 2013




Obra de Caspar David Friedrich

[Extraído de: Caspar David Friedrich. (2012, 3 de diciembre). Wikipedia, La enciclopedia libre. Fecha de consulta: 08:31, enero 28, 2013 desde http://es.wikipedia.org/w/index.php?title=Caspar_David_Friedrich&oldid=61910611].


Caspar David Friedrich (Greifswald, 5 de septiembre de 1774Dresde, 7 de mayo de 1840) fue el principal representante de la pintura romántica alemana, junto a Philipp Otto Runge, siendo la más destacada en el ámbito del paisajismo.





Como es característico de la pintura romántica, Friedrich pintó sobre todo óleos sobre lienzo. En alguna ocasión utilizó el formato del retablo y empleó el oro, a la manera de los artistas medievales.


No obstante, inicialmente se dedicó a hacer dibujos a la pluma, con tinta china y acuarela. A partir de 1800 comenzó a utilizar preferentemente la tinta de color sepia. Aunque se le atribuye un óleo en 1798 (Barco naufragado en el Océano Glacial), lo cierto es que no generalizó el uso de esta técnica hasta más tarde, empezando a aparecer en gran número sólo a partir de 1807.


Perteneció a la primera generación de artistas libres, que no pintaban por encargo, sino que creaban por sí mismos para un mercado libre de galerías.


Paisajes


Su género preferido fue el paisaje y, dentro de él, los temas montañosos y marinos.


La obra de Friedrich tiene precedentes en una larga tradición de pintores alemanes que, antes de él, pintaron paisajes «cósmicos» o «sublimes», como Durero o Adam Elsheimer. En efecto, los pintores centroeuropeos tendieron a pintar inmensos paisajes con montañas altas, pendientes escarpadas, enormes cielos..., en los que el hombre se sentía perdido. Igualmente, hay rasgos en la pintura de Friedrich que ya estaban en las vedute del siglo precedente: el espectador en primer término, destacando sobre el paisaje del fondo, y el interés por paisajes solitarios y majestuosos, como el mar o las montañas.


Sin embargo, a diferencia de paisajistas anteriores, se inspiró en los paisajes reales que conoció, algunos de ellos hasta entonces prácticamente desconocidos: Nuevo Brandeburgo, Rügen, Greifswald, Bohemia, las regiones del Harz y del Riesengebirge. Esto dotó a su obra de un realismo hasta entonces inédito. Eligió, además, algunos puntos de vista que no abundaban antes en la pintura paisajística, como las cimas de la montaña o las orillas del mar.


No obstante, en su obra es importante la composición. Aunque muchos cuadros son una imagen precisa de la realidad, son una cuidadosa composición de diferentes elementos, que Friedrich había guardado en su libro de esbozos.



No seguía la tendencia artística italiana ni a los antiguos maestros. A su juicio, el arte debía mediar entre las dos obras de Dios, los humanos y la Naturaleza. Con este punto de vista se acerca a las bellezas naturales, en cuya representación procesó tendencias y sentimientos. Sus obras no son, por lo tanto, imágenes de la Naturaleza, sino de un sentimiento metafísico, inaprensible. El primer plano y el fondo, separados a menudo por un abismo, se relacionan entre sí.


El espíritu que domina la obra de Friedrich es radicalmente romántico: abundan las escenas a la luz de la luna, espacios gélidos (mar de hielo, campos helados), las noches, paisajes montañosos y agrestes. Cuando incluye elementos humanos, suelen ser de carácter sombrío, como cementerios o ruinas góticas. Una y otra vez aparecen elementos religiosos, como crucifijos o iglesias.


Pobló sus paisajes de seres humanos contemporáneos, pertenecientes en general a la burguesía. Estas figuras, a partir de 1807, suelen aparecer de espaldas al espectador, ocultando la cara, y en alguna de ellas se reconoce al propio Friedrich. Suelen estar ubicados céntricamente en el cuadro, de manera que cubren el punto de fuga. Con este recurso, el artista señala que el «sentimiento», la auténtica humanización, se encuentra en la Naturaleza. Al mismo tiempo, esto permite que el espectador no se distraiga con la fisonomía de este personaje anónimo, sino que se identifique con él. Finalmente, de esta manera logra una metáfora visual de la disolución del individuo en el «todo» cósmico.


Es el pintor más significativo del paisajismo romántico alemán, comparable al inglés J. M. W. Turner. Junto a Turner y Constable, hizo de las pinturas de paisajes un género principal en el arte occidental. A este nuevo arte del paisaje también contribuyeron Camille Corot y Théodore Rousseau veinticinco años más tarde.


Simbolismo


La renovación que Friedrich introdujo en el género del paisaje no fue sólo su realismo, sino también por su simbolismo. Pretende reflejar el alma de las figuras humanas que suelen aparecer en el primer plano. Crea así lo que en el siglo XIX se llamaban «paisajes íntimos». Su simbolismo parece ser directamente heredado por Arnold Böcklin.


Alegoría política






Monje a la orilla del mar.



A menudo se ven en los cuadros de Friedrich alegorías de la situación política de la época. Sobre todo en su primera época, se descubren en sus cuadros elementos simbólicos referentes a las guerras de liberación, lo que refleja su sentimiento patriótico antinapoleónico y el desencanto sobre la posterior restauración. El significado antinapoleónico de sus cuadros era evidente para sus contemporáneos, quienes, además, demandaban este tipo de obras. Por ello el rey prusiano adquirió en 1810 las dos pinturas Monje a la orilla del mar y Abadía en el robledal y, dos años más tarde, otras dos. Sin embargo, después de la victoria contra Napoleón, la tendencia patriótica chocó contra el statu quo resultante del Congreso de Viena, y estos temas pictóricos encontraron rechazo. Muestra de ello es que, después de la «persecución de los demagogos» intensificada tras las resoluciones de Karlsbad (1819), la Casa real prusiana no le volvió a comprar ninguna otra obra.


Puede citarse, a modo de ejemplo, el optimismo de la pintura En el velero (1818), frente al desencanto de El árbol solitario (1821), en el que un roble simboliza la Alemania dañada por la ocupación de los franceses. Sus cuadros posteriores adoptan tonos más oscuros, mereciendo destacar Las hermanas en una terraza en el puerto (1820). En este cuadro se combinan elementos de diversos lugares, destacando las cinco torres de la iglesia de Halle, símbolo del triunfo de la reforma luterana frente al catolicismo que simbolizaba Alberto de Brandeburgo (siglo XVI).


Un elemento que constantemente aparece en sus cuadros con un significado político es el antiguo traje alemán, proscrito en 1819, pues era una expresión figurativa de las convicciones patrióticas, como se expresa en el tratado Sobre las costumbres, la moda y el traje (1814) de Arndt. Muchos caballeros visten en las obras de Friedrich una levita abrochada hasta arriba, un ancho cuello por encima y un bonete en la cabeza, mientras que las señoras aparecen con vestidos largos y cerrados en el cuello. Esta moda se oponía al estilo imperio, que era considerada como francesa. En este estilo dominaban los colores brillantes y claros. Las mujeres llevaban escote y transparencias y los caballeros pantalones blancos ceñidos.


La naturaleza representada por Friedrich visualiza, pues, las tensiones políticas de la época. Sobre la pintura de Dos hombres observando la luna (h. 18181819, Gemäldegalerie Alte Meister, Dresde), y preguntado sobre lo que estaban haciendo aquellos hombres, Friedrich comentó irónicamente que «Están llevando a cabo actividades demagógicas».


Cabe mencionar, por último, que la postura personal de Friedrich sobre su propia nacionalidad, sueca, se evidencia en varias de sus obras a través de las banderas. La bandera danesa (Dannebrog) y la sueca aparecen en el cuadro Vista de un puerto (1815). Es más, en una de sus últimas obras, Las edades de la vida, de 1835, veinte años después de la incorporación de Greifswald a Prusia, aparecen los hijos de Friedrich, Agnes Adelheid y Gustav Adolf, con un banderín sueco.


El poeta sueco Daniel Amadeus Atterbom, que conoció a Friedrich, escribió en su «Cuadros de viajes por la Alemania romántica» (Reisebilder aus dem romantischen Deutschland) que «Friedrich es pomerano... y se considera medio sueco».



Alegoría religiosa


A partir de los años 1812–1814 el patriotismo va siendo sustituido por el dominio del simbolismo cristiano. Friedrich era profundamente religioso y, al igual que Runge, pretendía renovar el arte alemán a través del espíritu pietista protestante. Quería generar un sentimiento de religiosidad a través de una nueva temática: el paisaje.


Cultiva una metafísica de la luz, propia del cristianismo neoplatónico. Aparece en sus paisajes la dualidad: el cuerpo y el alma, lo terrenal y lo espiritual, generalmente representados por el primer plano donde están las personas (lo humano) y los planos posteriores, en los que aparece el paisaje en toda su grandeza (lo divino).


Algunos elementos que se repiten en sus obras tienen un claro simbolismo religioso:



  • El color violeta (y, en general, el contraste entre la oscuridad de la parte inferior de la pintura o primer plano, y la claridad en la parte superior representando el fondo) era, y no sólo para Friedrich, el color del duelo y la melancolía. Se sospecha que la base de semejantes obras sea la condición depresiva de Friedrich.

  • La experiencia de la naturaleza en el mundo germánico. Para Friedrich era un acontecimiento religioso místico muy personal.

  • El camino de la vida de los humanos está representado a través de barcos que aún están en el mar, pero que se acercan al puerto, que se iguala con el logro o la muerte.

  • La base sobre la que se asientan los humanos es, frecuentemente, una roca de gran tamaño. Según Friedrich representa la fe, imperturbable y firme.

  • La nieve aparece en numerosos cuadros de Friedrich. A diferencia de la pintura rococó, de la del siglo XVI y XVII, no es una helada temporal, sino como algo cercano a la muerte. El invierno, por preceder al renacimiento de la naturaleza, simboliza la idea cristiana de la resurrección.

  • Los abetos, perennes y resistentes al paso del tiempo, eran entendidos, tanto por Friedrich como por sus contemporáneos, como una referencia a la eternidad, siendo así un símbolo de esperanza cristiana.

miércoles, 16 de enero de 2013




Pareidolias III



















La pareidolia (derivada etimológicamente del griego eidolon: "figura" o "imagen" y el prefijo para: "junto a" o "adjunta") es un fenómeno psicológico consistente en que un estímulo vago y aleatorio (habitualmente una imagen) es percibido erróneamente como una forma reconocible. Una explicación de este fenómeno conforme al funcionamiento del cerebro, es descrito por Jeff Hawkins en su teoría de memoria-predicción (Wikipedia).



Ver también:




jueves, 10 de enero de 2013




Obélix en Moscovia

Suele convenirse que cuando un renombrado actor empieza a parecerse demasiado a los personajes que encanna, es que el final de su carrera está cerca. Lo mismo puede valer para los empleados de pompas fúnebres cuando inician a llevarse trabajo a casa: pensemos en Bela Lugosi, durmiendo cómodamente en su ataúd bajo los aturdidores efectos del caballo que se metía, o en Johnny Weissmuller, ululando su famoso grito de Tarzán mientras se agarraba a las cuerdas de los cortinajes del geriátrico, y así tantos otros... El último en unirse al club ha sido el acteur francés Gérard Depardieu, un tipo tosco y tragaldabas, quien habiendo interpretado algunos papeles interesantes, como Cyrano, Jean Valjean o Montecristo, quintaesencia de lo français, ha optado por parecerse personalmente a Obélix, una oronda caricatura del carácter nacional galo, franco o francés, y que sin embargo en ese país no ha sido bien recibida del todo. El motivo de todo ello está en que el tripudo Gégé, noto degustador de glándulas hépáticas de ánade inflamadas, está buscando el modo de llevarse frescos $u$ menhire$ a la fria Moscovia, capital del Imperio Ruso, cuyo raZ Putín le ha ya otorgado mediante expédito ucase la rúsica ciudadanía ipso facto. Sucede que en esa nación los ricos no pagan impuestos ni pechas al estado, al contrario de lo que pasa en la república de las Galias, donde últimamente algún político con luces ha tratado de que los más pudientes contribuyesen mediante el fisco a paliar la crisis poniendo su granito de arena...








El evangelio de Marcos afirma eso de que es más fácil que un camello pase por el ojo de una aguja que de que un rico entre en el reino de los cielos. Mi abuelo, que conocía aceptablemente los evangelios sin ser un exégeta ni saber aramaico, comentaba medio en broma que los ricos tenían comprados los derechos de uso de las palabras "camello" y "ojo de aguja", y que al final tendremos que rendirnos a la evidencia manifiesta de que el hábitat natural de los camellos se encuentra en las agujas. Quería decir el buen hombre que los ricos pasan por donde quieren y hacen lo que quieren, que para eso son ricos, y como Depardieu, entran libremente en el celestial reino de todas las Rusias. Los impuestos, decía mi ancestro, los tenemos que pagar los pobres porque los ricos ya tienen quién les busque las triquiñuelas para no pagarlos. ¿Derrotista? Puede, pero razón no le faltaba.





Ahora la Grande Armée de Napoléon ha dejado paso a un grasiento bárbaro devorador de jabalíes, pero yo le comprendo, a Depardieu, porque ambos compartimos la cruz del sobrepeso y de la gestión del dinero, lo segundo en mi caso por defecto...Hoy, en que los jóvenes franceses se indignan, los muchimillonarios de ese estado, como Brigitte Bardot o Johnny Halliday, por ejemplo, también hacen lo propio, y todo ello porque quieren ser más ricos: qué importa que tengan la vida resuelta. Mi dinero es mío y no pienso compartirlo con ésos andrajosos que van a ver mis películas...Pero el dinero a raudales atonta e infantiliza, como le ha sucedido al bueno de Gérard, hoy más gourmand que gourmet, más putero que ligón, más borracho que bebedor, más mafioso que empresario, más amoral que moral y más vil que el metal. La France Libre ha perdido un lastre, pero la Santa Rusia ha ganado el premio gordo que se merecía. 0 a 0.   





Un poco de música "de Gala", que no de Galia, dedicada a ese impresentable:


Alexis HK, Fils de


Motorhead, Eat the Rich


Mike Oldfield, To France


Stormwitch, Russia´s on fire




martes, 8 de enero de 2013




Madriz ye-ye

Otro año más empieza, y cómo no, la capital se llena, pese a la crisis, de interesantes y GRATUITOS eventos culturales, porque, después de todo, algo bueno tenía que tener Madriz, ¿no? Una de estas exposiciones dignas de mérito es la que organiza el Centro Cultural Isabel de Farnesio, drogo-dependiente, creo, de los países que conforman el Benelux, y situado en una antigua y bella iglesia desecrada (yeah, me encanta esta crujiente palabra, que rima con masacrada y es lo contrario de consagrada, qué pasada!), y que todavía conserva algún cuadro de Van Eyck y algún otro flamenco de su antiguo uso, en pleno corazón del barrio de Salamanca, o ssea, porque este barrio también tiene su corazoncito. Pues a lo que iba, han organizado los farnesios estos una muestra bastante chula sobre los 4 de Liverpool, esa fea ciudad británica de cuyo nombre siempre me acuerdo porque me da hambre, ya que significa in English "Charco de Hígados", y yo, cual Homer Simpson, me la imaginaba hecha de foie gras y llena de gentiles chacineros que brindaban, serviciales, bandejas de kidney pie a los pasantes...Luego me enteré chasqueado, por su escudo heráldico, de que liver es también el nombre de un feo e incomible pajarraco marítimo de la zona, qué cosas tiene la filología. Mas dejemos de divagar y descentrémonos en los Beatles; no voy a decir nada de ellos porque todo ha sido ya dicho y hablado: todo, absolutamente TODO está en los Beatles, desde los contoneos seudotropicales y algo Strawberry Fields de Ricky Martin hasta el metal más duro de los Judas en Helter Skelter (la favorita de Charles Manson), pasando por los Lisérgicos Diamantes Sicotrópicos de Lucy y sus colorines parlantes...Mi hijo se vuelve loco con "I wanna Hold Your Hand", y yo no veo la hora de enseñarle esa peli de dibujos animados que...¿protagonizó el cuarteto?, y que vi estando tan colocado que ni me acuerdo ya de como se llama. Sé que algunos de vosotros, mis sufridos lectores, estuvísteis en ese concierto que dieron en los 60 en las Ventas y del cual se dice que la mitad de los asistentes eran secretas...Esta exhibición a vosotros os permitirá quizás el refrescaros la memoria y, tal vez, derramar alguna furtiva lágrima de nostalgia: hay discos raros, fotos llamativas, posters, memorabilia para dar y tomar, y curiosidades como el video del informativo del NODO sobre la visita a Hez-paña, o mejor dicho S-Pain, de aquellos menudos "melenudos" de Lennon. En cualquier caso, una stupenda oportunidad de iniciarse sin prejuicios ni intermediarios al fabuloso mundo del Sargento PP rs , antes de que se convirtiesen en "Cultura" y les nombrasen caballeros del Amperio Británico...Id a verla antes de que Tamara Falcó Preysler se meta a monja, monja, monja, monja, món, y nos olvidemos definitivamente de ella, o quedaréis desecrados por siempre jamás. 


Feliz año

 

sábado, 5 de enero de 2013




Felices Reyes

Bueno, ha pasado otro año lleno de cosas buenas y alguna muy dolorosa, pero en fin, así es la vida, hay que seguir en la zanja...Se nos acercan cual leprosos mendicantes esas fiestas tan señaladas en los calendarios de todas las grandes superficies, y me sé de algún escritor de discursos que está intentando sacar un elefante de una cacharrería. Yo, por si acaso ya le he escrito mi carta a mis amigos los Tres Magos: Santa Claus no existe, pero ellos sí que son "Reales". El otro día, navegando por estas redes de Dios me encontré con una verdadera curiosidad: los escudos de armas de Sus Maguestades de Oriente. Tiene su lógica, claro, si son reyes, es natural que deban ostentar una enseña distintiva, y por supuesto, los heraldistas medievales, que también eran reyes, sí, pero de armas, confeccionaron para cada uno de los Tres Magos un blasón, incluyéndolos en sus armoriales, junto con los emblemas de David, Sansón, Josué, Judas, Jesucristo, la Virgen, Príamo, Héctor, el Rey Arturo, Merlín, Lanzarote, Tristán, y un larguísimo etcétera...Como bien veréis el friquismo no es patrimonio exclusivo del siglo XX o del XXI, sino que ya en el Medioevo había geeks que se dedicaban a imaginar batallitas y monstruitos, que no por nada Dragones y Mazmorras está ambientada en aquellas pretéritas épocas, que muchos estiman todavía erradamente como una edad donde "todo era violencia, mugre y enfermedades". Tal vez se confundan con la era de la revolución industrial o con nuestra pasada guerra civil...







Pero dejemos de perorar sobre rancios eventos históricos y volvamos al mundo "Real" de friquis heraldos y armígeras rodelas. He aquí el blasonamiento de las armas de los Magos:





Melchor, de azur sembrado de estrellas de oro


Gaspar, de azur, al creciente adiestrado de oro acompañado de una estrella de lo mismo


Baltasar, de oro, al etíope vestido de gules.





Sencillas y fáciles de representar, como la mayoría de los escudos de más antiguedad, el simbolismo medieval conectaba a cada uno de los Magos con uno de los tres continentes conocidos entonces, a saber: 











Melchor el anciano, representación de la vieja Europa, que en Oriente era conocida como la región de los francos, es decir, de los franceses, cuyas armas eran de azur, sembrado de flores de lis de oro,  como se ve el heraldista cambió las flores de lis por estrellas, cosa lógica para el emblema de un mago observador de los fenómenos celestes, es decir, astrónomo, y empleando los colores del país europeo más representativo e importante de la época, o sea, el azur y el oro de los franceses.





Gaspar, el maduro rey representativo de Asia, ostenta un creciente, es decir, una media luna, como las armas de la potencia asiática más nota a los europeos de aquellos tiempos: el islámico Imperio Otomano, pero con los cuernos de la luna y la estrella orientados al revés del rojiblanco emblema turco, es decir, en posición adiestrada, mirando hacia la derecha, por referirlo brevemente, Gaspar usa las armas de los temibles musulmanes pero invertidas en posición y colores, "desactivadas" por decirlo de otra manera, un modo simpático de expresar el origen asiático de este rey, de desear la sumisión del enemigo agareno, preferentemente al poder de los francos (oro y azur), y de aludir a la profesión astrológica de nuestro Mago.





Baltasar el joven e imberbe subsahariano, lleva un africano en sus armas. Naturalmente es el más exótico de los reyes y su escudo debe reflejar este hecho: Es él mismo quien figura dibujado en su blasón, vestido de regio color rojo y sobre fondo dorado. También puede entenderse como una alusión a uno de los productos africanos que ya en el medioevo causaban sensación en Europa: los esclavos negros, un lujo reservado a reyes y potentados, y que se solían traer vía al-Andalus. Para los que penséis que los contactos comerciales entre Europa y África en la edad media fueron escasos, os planteo esta pregunta, que todos podréis responder sin demasiada dificultad: ¿Cual es el animal más comúnmente representado en heráldica europea, sea cual sea el país? Bravo, habéis acertado, es el león. ¿Y hay leones en Europa? Bueno tal vez los hubiese en el circo de Ángel Cristo antes de que le diese por la cocaína, pero la respuesta es no, con lo cual alguien los tuvo que traer, y efectivamente sabemos bien que eso se hacía, porque para nobles y monarcas de aquella era tener una leonera, triste antepasado del actual zoológico era el no va más, como les pasa también hoy a algunos paletos podridos de dinero, como Jezulin de Ubrique y su tigre Currupipi. Como podéis colegir de todo esto sí hubo contactos entre europeos y africanos en el medioevo, si bien pocos y espaciados, imagino que por las distancias, los problemas diplomáticos y demás.





Bueno, después de toda esta fricada historicista que os acabo de contar no me queda otra que envainar de nuevo mi espada láser, cerrar mi libro de esconxuros, desearos unas muy felices fiestas a todos todos, un feliz año, un buen visionado de El Hobbit (aunque yo ya tengo uno en casa), y comentaros que este año me paso a la competencia disfrazándome de Santa Claus para entretener a los niños del vecindario, porque en el sitio donde vivo lamentablemente se ha dejado de creer en SSMMOH, se ha dejado de mirar al Oriente de las maravillas de Marco Polo, al país de Nunca Jamás, para  volver la cabeza hacia un gordo y viejo Wasp anglosajón republicano made in USA, así es la vida, pero yo, que conste, sigo siendo realista pese a todo todo. Que Dios os Bendiga.





Pd. Para que os animéis, unos discachos de musicola navideña, porque canciones sobre heráldica hay más bien poquitas:


- Siouxie and the Banshees, Il est né le Divin Enfant , (esta se la dedico al pequeño Rafa Rosa, en sus primeras Navidades)


- Steeleye Span, Gaudete


-220 Volt, Heavy Christmas


-Jaldaboath, Calling on all the Heraldic Beasts 


-Running Wild, Blazon Stone










Zanjas profundas en tu mente
Zanjas profundas en tu mundo
Zanjas que nos separan
Zanjas que nos escinden
Zanjas en las que caemos
a veces sin poder salir
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